Enfoque

Adín González
23 mar 2018
4 Min. de lectura

Nunca se es demasiado viejo o demasiado joven para soñar un nuevo sueño o trazarse una nueva meta. – C.S Lewis.

¿Porque haces lo que haces? ¿sabes a donde vas? Hace dos artículos atrás hablamos acerca de identidad personal y aprendimos a resolver algunas de las preguntas existenciales. Ahora daremos seguimiento y hablaremos de sueños y objetivos en la vida.

En la vida necesitamos enfoque. Son muy pocas las personas que realmente saben lo que quieren, y hacia donde deben ir. Cuando nuestra identidad ya está establecida, podemos empezar a determinar el lugar a donde nos debemos de dirigirnos. Jesús y Pablo nos muestran la importancia del enfoque.

JESÚS

Jesús sabía a qué venía a la tierra. Él no tenía como enfoque o propósito principal sanar enfermos, o alimentar a la gente, o echar fuera demonios. Todas esas cosas quedan en segundo plano. Él venía por una sola cosa. Salvar al mundo. Ese era su propósito.

En Juan 10,10-11 dice: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.

En estos pasajes Jesús afirma su propósito. La razón de su encarnación. El vino a dar vida eterna. Ese fue su enfoque principal. Él incluso sabía cuándo debía ser el tiempo (Cf Jn 7,3-6). Al final de todo Jesús cumplió con su propósito principal. Dio su vida por la humanidad (Jn 3.16). Dentro de otro de sus objetivos estaba capacitar gente. ¡Lo logró! dejó a 12 hombres valientes para que predicasen sobre la obra salvadora que Él había hecho.

Jesús nos muestra que es necesario saber a dónde vamos. Puede que tengas muchos objetivos o metas pero debes de empezar a tener prioridades. De Jesús aprendemos esa lección. Uno de nuestros mayores errores a veces es querer hacer todo al mismo tiempo. ¡No debe ser así! Debemos empezar con una solo objetivo y debe ser al que le debemos dar más importancia.

PABLO

Otro ejemplo de enfoque es Pablo. El objetivo de Pablo aparentemente era simple y lo expresa en las diferentes cartas que mando a las iglesias.

De esta manera me esforcé en anunciar el evangelio, no donde Cristo era ya conocido, para no edificar sobre el fundamento de otro. (Rom 15:20). Pablo Perseguía una sola cosa. Predicar el evangelio. Él estaba muy enfocado en su meta que un día dijo: todo lo hago por amor del evangelio, para ser partícipe de él. (1 Cor 9,23).

¿Qué tanto hizo Pablo para alcanzar el objetivo?

Porque aunque soy libre de todos, de todos me he hecho esclavo para ganar a mayor número. A los judíos me hice como judío, para ganar a los judíos; a los que están bajo la ley, como bajo la ley (aunque yo no estoy bajo la ley) para ganar a los que están bajo la ley; a los que están sin ley, como sin ley (aunque no estoy sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo) para ganar a los que están sin ley. A los débiles me hice débil, para ganar a los débiles; a todos me he hecho todo, para que por todos los medios salve a algunos. Cf 1 Cor 9, 19 – 22.

En este gran párrafo te podrás dar cuenta que él se contextualizo a la situación, a la gente y a la cultura, pero nunca perdió su esencia, siempre mantuvo sus convicciones, si te das cuenta siempre aparece la palabra “como” quiere decir que se hizo idéntico a cada grupo, pero no llegó al punto de pertenecer a cada grupo. Años después de decir esto Pablo volvió a escribir lo siguiente

¿Son servidores de Cristo? (Hablo como si hubiera perdido el juicio.) Yo más. En muchos más trabajos, en muchas más cárceles, en azotes un sinnúmero de veces, a menudo en peligros de muerte. Cinco veces he recibido de los judíos treinta y nueve azotes. Tres veces he sido golpeado con vara, una vez fui apedreado, tres veces naufragué, y he pasado una noche y un día en lo profundo. Con frecuencia en viajes, en peligros de ríos, peligros de salteadores, peligros de mis compatriotas, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajos y fatigas, en muchas noches de desvelo, en hambre y sed, a menudo sin comida, en frío y desnudez. Además de tales cosas externas, está sobre mí la presión cotidiana de la preocupación por todas las iglesias. (2 Cor 11,23-28).

Todo eso y mucho más fue lo que Pablo tuvo que pasar y vivir con tal de lograr su objetivo, y sabes que, al final de todo logró llevar el evangelio a otras partes del mundo, pero no fue nada fácil, no fue algo que empezó ayer y hoy ya lo tenía.

Algo más que debemos de saber de Pablo es que su segundo objetivo fue llegar a España (Rom 15.24-33). Sin embargo él no pudo llegar a su destino. Pablo escribió la última carta (II de Timoteo) desde la cárcel en Roma. Después fue ejecutado. Sin embargo él dejo un gran legado, y dio todo hasta el último momento.

Pablo nos enseña que debemos de trabajar duro y hacer todo lo que está de nuestra parte para lograr nuestro objetivo principal. Requiere de trabajo, sacrificio, y sobre todo mucha entrega y pasión. Puede que Dios no te permita llegar hasta el lugar donde tú quieres. Pero haz lo que está de tu parte y déjate usar por Dios hasta donde él te permita (En tu trabajo, ministerio, o preparación académica).

Dos claros ejemplos de enfoque, Jesús quien dio su vida para lograr su objetivo. Pablo quien padeció mucho sufrimiento, aflicción y trabajo duro con tal de predicar el evangelio. Ambos hombres se enfocaron en lo que deseaban hacer, y no les importo el precio, ni lo que digieran o pensaran las demás personas, solamente se enfocaron así como nosotros debemos de hacerlo.

ACTIVIDADES

Escribe tus metas, objetivos y proyectos.
Empieza a determinar prioridades (importancia) tomando en cuenta los recursos que tienes al alcance (materiales, finanzas, gente, oportunidades)

Si tienes listo tus objetivos, metas o proyectos contesta las siguientes preguntas.